Reflexión Job 23:2-3 Job 42:4-6 Carmen Váldes

Carmen Váldes 05-26-2022

Job 23:2-3

2Hoy también hablaré con amargura; porque es más grave mi llaga que mi gemido.3¡Quién me diera el saber dónde hallar a Dios! Yo iría hasta su silla.

En aquel momento de su vida, angustiado y sin esperanzas, Job no encuentra argumento, no entendía. Que no estaba en las manos de Dios, que Dios había permitido que fuera zarandeado por el enemigo; a pesar de ser un hombre íntegro; descrito por el Mismo Dios.

Job sabía, que el hablar con Él sería el fin de sus sufrimientos, lo que no entendía es que Él estaba muy cerca. Que no estaba sentado en una silla esperando su destrucción. Dios estaba trabajando para mostrarle al enemigo, que Job no era el Mesías que vendría pues a ese era al que Satanás temía.

Job con toda su bondad, no conocía de verdad al Creador.

Job, dice a Dios:

Job 42:4-6

4Oye, te ruego, y hablaré; te preguntaré, y tú me enseñarás. 5De oídas te había oído; más ahora mis ojos te ven. Por tanto me aborrezco, y me arrepiento en polvo y ceniza.

Sabemos que el fin de Job, fue con Gloria.

Ahora: te pregunto ¿eres bueno, o te lo crees, estás gozando de bienestar y piensas, que no te hace falta, humillarte delante del Dios Todo Poderoso? Déjame decirte: que en verdad Dios te ama. Pero quiere Salvarte:

Para eso vino, para hacerlo: reconócele y entrégale tu vida. Dile: que también le amas y tus ojos se abrirán para verle y saber que está en tú corazón. Glorias y alabanzas al Dios de toda carne el Dios de Israel ??.

1 thought on “Reflexión Job 23:2-3 Job 42:4-6 Carmen Váldes

  1. Yoly

    ¿Sabían que el Libro de Job es el libro más antiguo de las Escrituras? Es más antiguo que el Génesis.
    Aquí vemos a Job pasando por muchas dificultades pero no sabía que a pesar de todo Dios velaba por él.
    Así nos pasa a nosotros, que tenemos dificultades pero no podemos dudar ni un momento que el Señor siempre está en control y que estas dificultades suceden muchas veces para hacernos fuertes y también para darnos pruebas así como nuestros maestros lo hacen
    en las escuelas, en las escuelas se confirma la sabiduría, con las pruebas del Señor se confirma nuestra fe.

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