Caridad Yera 02-20-2023
Hechos 5:1-4
1Pero cierto hombre llamado Ananías, con Safira su mujer, vendió una heredad, 2y sustrajo del precio, sabiéndolo también su mujer; y trayendo sólo una parte, la puso a los pies de los apóstoles. 3Y dijo Pedro: Ananías, ¿por qué llenó Satanás tu corazón para que mintieses al Espíritu Santo, y sustrajeses del precio de la heredad? 4Reteniéndola, ¿no se te quedaba a ti? y vendida, ¿no estaba en tu poder? ¿Por qué pusiste esto en tu corazón? No has mentido a los hombres, sino a Dios.
El Apóstol Pedro no sabía lo que había pasado; ¿cómo lo supo? pues el Espíritu Santo de Dios se lo dijo, ellos habían visto u oído, que Bernabé, un levita, vendió la heredad que tenía, y la trajo a los pies de los apóstoles, y quisieron imitarlo; pero sustrajeron del precio de la venta, y les dijeron a los apóstoles que le trajeron todo el dinero de lo vendido. No has mentido a los hombres, sino a Dios, le dijo Pedro, y Ananías cayó muerto; tres horas después vino su mujer, y Pedro le pregunta lo mismo que al esposo, y ella contesta igual; entonces le pregunta, ¿por qué convinisteis en tentar al Espíritu Santo? y le sucedió lo mismo que al esposo.
Todo esto relata la Palabra de Dios para que entendiéramos, lo Importante y Sagrado que es el Espíritu Santo.
Jesús dijo que al que blasfemara contra el Hijo del Hombre le será perdonado, recordemos lo que suplicó en la Cruz “Padre perdónalos porque no saben lo que hacen.” ellos mataron al Hijo del Hombre, y si se arrepintieron, serán perdonados; pero nuca podrán hacerlo al Jesús Resucitado, a Jesucristo; al Hijo de Dios.
El Espíritu Santo, es el Espíritu Santo de Dios. ¡Cuidado! Glorias al Padre, al Hijo, y al Espíritu Santo de Poder.
Amén, Amén, Amén.
Increíble esta historia, lo que hace la envidia, ellos querían imitar a Bernabé y verse bien ante los ojos de los discípulos, no dieron para agradar al Señor o de corazón, solo para que otros vieran que ellos daban al igual. Así hay muchos hoy en día que sin tener dan solo para que el Pastor vea que ellos dan. Hermanos, muchas veces se nos olvida que el Señor ve nuestros corazones. ¿A quién engañamos? A nosotros mismos. Porque a Dios nadie lo engaña.
Toda Adonai Israel. Gracias Al Dios De Israel. Maranata