Hubieron dos discípulos que se destacaron en las Escrituras como seguidores y discípulos de Jesús y fueron José de Arimatea (el cual cedió su tumba para que pudieran enterar al Señor) y el otro fue Nicodemo fariseo y hombre rico, principal entre los judíos y maestro en la Sinagoga de Israel perteneciente al Sanedrín.
Juan 19:38-39
38Después de todo esto, José de Arimatea, que era discípulo de Jesús, pero secretamente por miedo de los judíos, rogó a Pilato que le permitiese llevarse el cuerpo de Jesús; y Pilato se lo concedió. Entonces vino, y se llevó el cuerpo de Jesús. 39También Nicodemo, el que antes había visitado a Jesús de noche, vino trayendo un compuesto de mirra y de áloes, como cien libras.