Friedrich Gustav Emil Martin Niemöller-Pastor Luterano.
Este poema o frase existe en muchas versiones pero con el mismo significado, el que aparece en el “Memorial del Holocausto de los Estados Unidos” dice:
“Primero vinieron por los socialistas y yo no hablé, porque no era socialista. Luego vinieron por los sindicalistas, y yo no hablé, porque “No era sindicalista. Luego vinieron por los judíos, y yo no hablé, porque no era judío. Luego vinieron por mí, y no quedó nadie para hablar por mí”.
Este Es El Peligro De La Indiferencia.
Martin Niemöller como oficial de la Armada Imperial Alemana, 1917.
Martin Niemöller nació el 14 enero 1892 en Lippstad, Imperio Alemán y murió el 06 marzo 1984 a los 92 años en Wiesbaden, Alemania. Este hombre fue un teólogo y pastor luterano alemán. Es mejor conocido por su colaboración con los Nazis y después por su oposición al régimen nazi, a finales de la década de los años 1930. El citó unas palabras la cual lo hicieron famoso por la veracidad de ellas. El significado de estas palabras nos llevara hasta los últimos días, ya que vendrán días que las Escrituras dicen que no nos dejaran hablar del Evangelio, entonces, hay que hablar y no quedarse callado, aprovechemos este tiempo para predicar el Evangelio de Jesús.
2 Timoteo 4: 3-5
Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas. Pero tú sé sobrio en todo, soporta las aflicciones, haz obra de evangelista, cumple tu ministerio.
Niemöller era un conservador nacional e inicialmente partidario de Adolf Hitler y un antisemita autoidentificado. Comenzó su carrera como oficial de la Armada Imperial del Imperio Alemán y en 1915 fue asignado a los submarinos. Por lo tanto, acogió con agrado la llegada de Hitler al poder en 1933, creyendo que traería un avivamiento nacional para las iglesias.
SMU-151 Submarino.
En enero de 1917, Niemöller era navegante del U-39, posteriormente regresó a Kiel y en agosto del 1917, se convirtió en primer oficial del U-151, que atacó numerosos barcos en Gibraltar, el Golfo de Vizcaya y otros lugares. Durante este tiempo, la tripulación del SMU-151 estableció un récord al hundir 55.000 toneladas de barcos aliados en 115 días en el mar.
En junio del 1918 se convirtió en comandante del UC-67. Bajo su mando, el UC-67 logró un cierre temporal del puerto francés de Marsella mediante el hundimiento de barcos en la zona, usando torpedos y por medio de la colocación de minas.
Cruz de Hierro 1939
Por sus logros, Niemöller recibió la “Cruz de Hierro de Primera Clase”, una condecoración militar del Reino de Prusia y posteriormente de Alemania, concedida por actos de gran valentía o por méritos en el mando de las tropas.
Sin embargo, se opuso decididamente al “párrafo ario” de los nazis para los judíos conversos al luteranismo. En 1936, firmó la petición de un grupo de clérigos protestantes que criticaban duramente las políticas nazis y declaraban el “párrafo ario” incompatible con la virtud cristiana de la caridad.
El párrafo ario (en alemán Arierparagraph), también conocido como cláusula aria, era una cláusula en los estatutos de una organización, corporación o escritura de propiedad inmobiliaria que reservaba la membresía y el derecho de residencia únicamente para los miembros de la «raza aria» y excluía de tales derechos a cualquier persona que no fuera aria, en particular los de ascendencia judía y eslava. Fueron un aspecto esencial de la vida pública en Alemania y Austria desde el 1885 hasta el 1945. Uno de los primeros ejemplos documentados de tal párrafo fue escrito por el líder nacionalista austriaco y antisemita Georg von Schönerer .
El régimen nazi reaccionó con arrestos masivos y cargos contra casi 800 pastores y abogados eclesiásticos. En 1933, Niemöller fundó el Pfarrernotbund, una organización de pastores para “combatir la creciente discriminación contra los cristianos de origen judío”. En el otoño del 1934, Niemöller se unió a otros eclesiásticos luteranos y protestantes como Karl Barth y Dietrich Bonhoeffer para fundar la Iglesia Confesional, un grupo protestante que se oponía a la nazificación de las iglesias protestantes alemanas. El autor y premio Nobel Thomas Mann publicó los sermones de Niemöller en los Estados Unidos y elogió su valentía.
Cuando la guerra llegó a su fin, decidió convertirse en predicador, historia que luego contó en su libro Vom U-Boot zur Kanzel (Del submarino al púlpito). Al final de la guerra, Niemöller renunció a su cargo, ya que rechazó el nuevo gobierno democrático del Imperio Alemán, que se formó después de la abdicación del emperador alemán Guillermo II.
Se convirtió en uno de los fundadores de la Iglesia Confesante, que se opuso a la nazificación de las iglesias protestantes alemanas. Después se opuso a los nazis por su oposición al control estatal de las iglesias por parte de los nazis, Niemöller fue encarcelado en los campos de concentración de Sachsenhausen y Dachau por 7 años desde el año 1938 al 1945. Y escapó con su vida de la ejecución que intentaron darle numerosas veces. Después de su encarcelamiento, expresó su profundo pesar por no haber hecho lo suficiente para ayudar a las víctimas de los nazis. Se alejó de sus anteriores creencias nacionalistas y fue uno de los iniciadores de la Declaración de Culpabilidad de Stuttgart.
A partir de la década del 1950, fue un vocal pacifista y activista contra la guerra, y vicepresidente de la Internacional de Resistentes a la Guerra del 1966 al 1972. Se reunió con Ho Chi Minh durante la guerra de Vietnam y fue un comprometido activista a favor del desarme nuclear.
Su antiguo compañero de celda, Leo Stein, fue liberado de Sachsenhausen para ir a Estados Unidos, y escribió un artículo sobre Niemöller para “The National Jewish Monthly” en 1941. Stein informa haber preguntado a Niemöller por qué alguna vez apoyó al Partido Nazi, a lo que Niemöller respondió:
“Yo también me pregunto sobre eso. Me lo pregunto tanto como lo lamento. Aun así, es cierto que Hitler me traicionó. Tuve una audiencia con él, como representante de la Iglesia Protestante, poco antes de que se convirtiera en Canciller, en el 1932. Hitler me prometió, bajo su palabra de honor, proteger a la Iglesia y no promulgar ninguna ley anti-Iglesia. También acordó no permitir pogromos contra los judíos, asegurándome lo siguiente: “Habrá restricciones contra los judíos, pero no habrá guetos ni pogromos en Alemania”. Realmente creía, dado el antisemitismo generalizado en Alemania en ese momento, que los judíos deberían evitar aspirar a puestos gubernamentales o escaños en el Reichstag. Hubo muchos judíos, especialmente entre los sionistas, que adoptaron una postura similar. La seguridad de Hitler me satisfizo en ese momento. Por otro lado, odiaba el creciente movimiento ateo, fomentado y promovido por los socialdemócratas y los comunistas. Su hostilidad hacia la Iglesia me hizo poner mis esperanzas en Hitler por un tiempo. Estoy pagando por ese error ahora; y no solo yo, sino miles de otras personas como yo.
En el 1947, a Niemöller se le negó el estatus de víctima nazi. Según Lammersdorf, hubo algunos intentos de blanquear su pasado, que pronto fueron seguidos por duras críticas debido a su papel como partidario del NSDAP y su actitud hacia los judíos. El propio Niemöller nunca negó su propia culpabilidad en la época del régimen nazi. En el 1959, Alfred Wiener, un investigador judío sobre el racismo y los crímenes de guerra cometidos por el régimen nazi, le preguntó sobre su antigua actitud hacia los judíos. En una carta a Wiener, Niemöller afirmó que su encarcelamiento de ocho años por parte de los nazis supuso un punto de inflexión en su vida, tras lo cual vio las cosas de otra manera.
Museo Conmemorativo del Holocausto de Nueva Inglaterra en Boston, Massachussets.
Inscrito del poema o frase en forma poética de Martin Niemöller situado en el Museo Memorial del Holocausto de Nueva Inglaterra en Boston, Massachusetts.
Niemöller murió en Wiesbaden, Alemania Occidental, el 6 de marzo de 1984, a la edad de 92 años.
Que historia tan importante esta, aquí podemos observar como las personas pueden ser engañadas tan fácilmente, este era un hombre que sabía de las Escrituras, pero fue engañado por el mismo satanás, y anticristo (Hitler), porque tenía algo que le faltaba, y era el amor al pueblo judío, él era públicamente antisemita y eso hizo que satanás lo zarandeara duramente. ¿Sabían que Hitler se consideraba un dios y lo comunicaba abiertamente? Mis hermanos, no nos dejemos engañar, porque el Señor es claro en esto cuando dice:
Mateo 24:4-8
4Respondiendo Jesús, les dijo: Mirad que nadie os engañe. 5Porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo; y a muchos engañarán. 6Y oiréis de guerras y rumores de guerras; mirad que no os turbéis, porque es necesario que todo esto acontezca; pero aún no es el fin. Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestes, y hambres, y terremotos en diferentes lugares. 8Y todo esto será principio de dolores.
Mateo 24:23-28
23Entonces, si alguno os dijere: Mirad, aquí está el Cristo, o mirad, allí está, no lo creáis. 24Porque se levantarán falsos Cristos, y falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios, de tal manera que engañarán, si fuere posible, aun a los escogidos. 25Ya os lo he dicho antes. 26Así que, si os dijeren: Mirad, está en el desierto, no salgáis; o mirad, está en los aposentos, no lo creáis. 27Porque como el relámpago que sale del oriente y se muestra hasta el occidente, así será también la venida del Hijo del Hombre. 28Porque dondequiera que estuviere el cuerpo muerto, allí se juntarán las águilas.
El enemigo es astuto y se convierte en ángel de luz para poder engañar, así lo hará el anticristo cuando se revele en la tierra. El anticristo gobernará por 7 años pero en los últimos 3 ½ el mundo verá en realidad quien es él. Así fue lo que le paso a Martin Niemöller, hay un dicho que dice: “Compro la cara y le cogió miedo a los ojos”. El poner la confianza en el hombre siempre termina así, nuestra confianza solo debe estar en el Señor.
Jorge Agustín Nicolás Ruiz de Santayana filósofo español dijo: “El hombre que no conoce su historia está condenado a repetirla” Hay una placa que se encuentra a la entrada del bloque n°4 del campo de concentración de Auschwitz, en Polonia que hace referencia a estas palabras.
Muy cierto mi hermana así mismo es maldito el hombre que confíe en el hombre.
Los tiempos cuando aquella época mira como eran y según pasan los años será peor pues han surgido unas corrientes religiosas por lo menos aquí en mi país q yo nunca los había oído y cada vez q oigo a las personas diciéndome le doy gracias al universo y yo me pregunto y q es el universo? Son cosas así q hasta por la TV dicen q horror como q esconden a Dios quizás no lo conozcan no los voy a Juzgar pero es muy fuerte escuchar semejante burrada.