Acéldama (en arameo: חקל דמא, Ḥaqel D’ma) Akeldama en árabe es el nombre del campo que los sacerdotes compraron con las treinta monedas que recibió Judas Iscariote por vender a Jesús que a partir de entonces se dedicó a cementerio de extranjeros.
Hechos 1:18-19
18Este, pues, con el salario de su iniquidad adquirió un campo, y cayendo de cabeza, se reventó por la mitad, y todas sus entrañas se derramaron. 19Y fue notorio a todos los habitantes de Jerusalén, de tal manera que aquel campo se llama en su propia lengua, Acéldama, que quiere decir, Campo de sangre.
El nombre quiere decir “campo de sangre”. El campo se llamaba, también, “Campo del Alfarero”, pues de él se extraía tierra roja (“campo de sangre”) muy adecuada para ese trabajo.
Se encuentra entre el Monte Sion y la Ciudad de David. Se continuaron enterrando peregrinos allí hasta inicios del siglo XIX (19). Acéldama ha sido propiedad de los armenios no unidos desde el siglo XVI (16).
Este cementerio es uno de los principales cementerios de Jerusalén durante el período del Segundo Templo, es un complejo funerario excavado en un denso lecho de roca caliza de un pendiente empinado que desciende hasta el punto de encuentro de los valles de Hinnom y Kidron, 90 metros (98.4 yardas) al este del muro del monasterio. Se estudiaron sistemáticamente por primera vez en el año 1901. En el año 1989, un proyecto de construcción se detuvo cuando las excavadoras revelaron la presencia de cuevas funerarias excavadas en las rocas; la construcción se detuvo y la Autoridad de Antigüedades de Israel permitió que los arqueólogos investigaran.
El Monasterio de Akeldama
La Tumba de la Sábana Santa en Akeldama es “uno de los pocos ejemplos de un entierro humano cubierto conservado” que data del siglo I y las muestras de huesos arrojan evidencia de los patógenos Mycobacterium tuberculosis y Mycobacterium leprae, siendo este último “el caso más antiguo” de lepra con fecha confirmada en la que se detectó ADN de M. leprae”.
Zacarias 11:12-13
12Les dije entonces: «Si les parece bien, páguenme mi salario; y si no, déjenlo.» Y me pagaron treinta monedas de plata. 13El Señor me dijo: «Toma esas monedas, el espléndido precio que me han puesto, y échalas en el tesoro del templo.» Yo tomé las treinta monedas y las eché en el tesoro del templo.
Mateo 27:6-10
6Los jefes de los sacerdotes recogieron aquel dinero, y dijeron: Este dinero está manchado de sangre; no podemos ponerlo en el cofre de las ofrendas. 7Así que tomaron el acuerdo de comprar con él un terreno llamado el Campo del Alfarero, para tener un lugar donde enterrar a los extranjeros. 8Por eso, aquel terreno se llama hasta el día de hoy Campo de Sangre. 9Así se cumplió lo que había dicho el profeta Jeremías: «Tomaron las treinta monedas de plata, el precio que los israelitas le habían puesto, 10y con ellas compraron el campo del alfarero, tal como me lo ordenó el Señor.
**En el v.9 dice y se cumplió lo dicho por el profeta Jeremías, pero hay un error del escriba o de la traducción original, pero en realidad la profecía fue hecha por el Profeta Zacarías.
Tenga un Buen Viaje, y Disfrute.
נסיעה טובה, תהנה
Al Señor ver un precioso precio en las treinta monedas de plata, también lo ve en el campo del alfarero, ya que en el pasaje del alfarero; se refiere a que el Señor es el Alfarero; y muchos se levantarán de ese campo cuando Él venga en su Segunda venida. Se verá el resultado de su sacrificio.