“Judá Intercede Por Benjamín” “Judah Intercedes For Benjamin”

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Carmen Valdés Febrero 26-2025

Génesis 44:18-19,21
Entonces Judá se acercó a él (José), y dijo: Ay, señor mío, te ruego que permitas que hable tu siervo una palabra en oídos de mi señor, y no se encienda tu enojo contra tu siervo, pues tú eres como Faraón. Mi señor preguntó a sus siervos, diciendo: ¿Tenéis padre o hermano? Y tú dijiste a tus siervos: Traédmelo, y pondré mis ojos sobre él.

José, había reconocido a sus hermanos, después de muchos años, por la Gracia de Dios, ya que había sido vendido por sus hermanos a unos forasteros que iban rumbo a Egipto, Dios lo prosperó grandemente, hasta el punto de ser el segundo hombre más poderoso de la nación de Egipto.

Ellos, los Patriarcas (hermanos de José) fueron por comida a José en Egipto, ya que había una gran hambruna en toda la zona, y ellos no reconocieron al hermano que habían vendido, más José si les reconoció, y con estrategia, puso en el costal (bolsa) del camello de Benjamín, su Copa, mintiéndoles, diciendo que era su forma de adivinar, y después mandó a revisar los camellos por su Copa, hallándola en el costal del camello del hermano menor, Benjamín.

Fue la Copa de Salvación para un Pueblo, la Copa en el Costal de Benjamín, José lloró grandemente y perdonó a aquellos, que le habían traicionado.
El Señor Jesucristo, tuvo que pagar el Precio de la traición, y fue vendido por treinta monedas de plata, su pueblo le había traicionado.
Su costado herido, derramó Su sangre, hermoso precio: Su vida, la verdad estaba allí, y como dice el Salmo 116:13 “Tomaré la Copa de la Salvación e invocaré el nombre de Jehová”.
Salmo 114:2 también nos dice: “Judá vino a ser Su santuario, e Israel su Señorío”.
En Zacarías 11:10-13 nos indica: “Tomé luego mi cayado Gracia, y lo quebré, para romper mi pacto que concerté con todos los pueblos. Y fue deshecho en ese día, y así conocieron los pobres del rebaño que miraban a mí, que era palabra de Jehová. Y les dije: Si os parece bien, dadme mi salario; y si no, dejadlo. Y pesaron por mi salario treinta piezas de plata. Y me dijo Jehová: Échalo al tesoro; ¡hermoso precio con que me han apreciado! Y tomé las treinta piezas de plata, y las eché en la casa de Jehová al tesoro”.

Glorias a Dios por la Profecía. Por medio de ella, podemos entrarnos en los más bellos momentos de las Historias Bíblicas. Tomaré la Copa de Salvación y alabaré el Nombre de Jesucristo Dios y Señor de Israel.