Caridad Yera- -Marzo 14,1994
Tus ojos vieron mi embrión,
Oh, Señor ten compasión,
de aquella mala mujer
que no me quiso tener.
*
Yo, ya la amaba
empecé a quererla,
desde que mi corazón
a latir comenzaba
¿Saben? Tanto la amaba,
que me movía suavecito
para que no se asustara.
*
Pero ella me rechazaba
sentía luchas a mi alrededor,
sabia que no era fácil,
aquello que me esperaba,
la sentía que de impaciencia lloraba,
oí cuando decía al doctor,
No, no quiero tenerlo,
busque usted la solución,
cualquier método, quirúrgico,
envenenamiento, o curetaje
o quizás el de succión,
también le oí que decía,
¡No hay dinero para eso!
cuesta mucho mantenerlo,
*
Señor, ahora que estoy contigo,
permite que todas las madres,
que han cometido ese error,
conozcan de Tu gran Amor,
y el de tu Hijo Jesucristo,
y a los médicos aborteros,
así como a las parteras,
¡Humíllense ante el Señor!
Antes que se repita aquel hecho,
cuando Dios dijo a Caín:
¿Qué has Hecho?
Hoy la voz de la sangre de tu
hermano, clama a mi desde la tierra.