Caridad Yera 10-19-2022
1 Corintios 4:20
20Porque el reino de Dios no consiste en palabras, sino en poder.
El Apóstol Pablo hablándole a esta iglesia que él formó en Corinto, les exhortó con esa carta que no anduvieran como las demás personas; pero el desorden que tenían era muy grande, lo que estaba pasando allí, ni los que no conocían del Señor lo practicaban, llegaron al colmo que alguno tenía la mujer de su padre, tremenda aberración.
Eso pasó en aquella iglesia, pero ninguna iglesia queda ilesa de que existan personas que se llaman cristianos, y su testimonio sea horrible, en la iglesia al parecer son muy buenos, más sus hechos lo delata delante de Dios, podemos escondernos del Pastor; pero nunca de Dios.
El Señor conoce todo lo nuestro, cuando nos acostamos, nos levantamos, lo que pensamos, todo lo que te sucederá en el resto del día, y también en toda tu vida. Propón cada días pedirle a Dios que limpie tu mente, y la llene de Él con Su Poder.
Existe un refrán muy apropiado para esto:
“Lo que haces habla tan alto, que no me deja escuchar lo que dices.”
Tengamos buen testimonio delante de los hombres; porque Dios quiere moldearnos, a Su imagen y semejanza. Jesucristo vino a devolvernos esa imagen, que la primera pareja destruyó cuando obedeció a la serpiente en el Jardín del Edén, volvamos de nuevo al Jardín.
Dios es Amor, y también es Poder, y ese amor, y ese poder nadie más te lo puede dar solamente Su Espíritu Santo. Jesucristo vino a enseñarnos todo eso. Antes de subir al cielo les dijo: no os dejaré huérfanos, les dejaré de Mi Espíritu, oigámoslo en todo momento, Él nos ama, es la tercera Persona de la Trinidad, no por ser la tercera persona es menos importante, cada uno en su orden.
Gloria al Padre, al Hijo, y al Espíritu Santo de Poder.
Amén, Amén, Amen.