Carmen Valdés 02-09-2023
Jeremías 17:5
5Así ha dicho Jehová: Maldito el varón que confía en el hombre, y pone carne por su brazo, y su corazón se aparta de Jehová.
Bendita Palabra de Dios para nosotros si estamos atentos a ello y la ponemos por obra. Dios es Dios y Mediante su Palabra hizo todas las cosas que vemos. Confiar en Él, es lo que nos pide, el hombre que no conoce a Dios es traicionero ¿por qué confiar en alguien que no conoce al Dador de la Vida?
Jeremías 17:14-16
14Sáname, oh, Jehová, y seré sano; sálvame, y seré salvo; porque tú eres mi alabanza. 15He aquí que ellos me dicen: ¿Dónde está la palabra de Jehová? ¡Que se cumpla ahora! 16 Mas yo no he ido en pos de ti para incitarte a su castigo, ni deseé día de calamidad, tú lo sabes. Lo que de mi boca ha salido, fue en tu presencia.
Estos tres versos fueron muy refrescantes para mí en medio de una gran traición precisamente de aquellos que pensé conocían al Señor.
Jeremías 17:7
7Bendito el varón que confía en Jehová, y cuya confianza es Jehová.
Recalca cuya confianza es Jehová. Por poco se deslizan mis pasos; pero doy Gracias al Señor porque puedo decir como dijo Josué. Hasta aquí, me ayuda Jehová. Glorioso Salvador, Gracias ?, pues no avergüenzas a tus hijos y si el Hombre callare no quedará postrado pues Dios sostiene sus manos.
Bendito para siempre El Dios de Israel ??.
Así es, el hombre siempre nos defrauda pero nuestra mirada y confianza debe estar en nuestro Creador. El jamás nos defraudara todo lo contrario siempre está ahí tomando tu mano. Esto me recuerda al poema “Las Pisadas” o “Huellas En La Arena”
Una noche soñé que caminaba por la playa con Dios. Durante la caminata, muchas escenas de mi vida se iban proyectando en la pantalla del cielo.
Con cada escena que pasaba notaba que unas huellas de pies se formaban en la arena: unas eran las mías y las otras eran de Dios.
A veces aparecían dos pares de huellas y a veces un solo par. Esto me preocupó mucho porque pude notar que, durante las escenas que reflejaban las etapas más tristes de mi vida, cuando me sentía apenado, angustiado y derrotado, solamente había un par de huellas en la arena. Entonces, le dije a Dios:
“Señor, Tú me prometiste que si te seguía siempre caminarías a mi lado. Sin embargo, he notado que en los momentos más difíciles de mi vida, había sólo un par de huellas en la arena. ¿Por qué, cuándo más te necesité, no caminaste a mi lado?
Entonces Él me respondió: “Querido hijo. Yo te amo infinitamente y jamás te abandonaría en los momentos difíciles. Cuando viste en la arena sólo un par de pisadas es porque yo te cargaba en mis brazos…”.
*Anónimo
Hermana está reflexión es sin palabras.Viva el Poderoso de Israel
Amen