Carmen Valdés 11-30-2022
Juan 13:4-5
4Se levantó de la cena, y se quitó su manto, y tomando una toalla, se la ciñó. 5Luego puso agua en un lebrillo, y comenzó a lavar los pies de los discípulos, y a enjugarlos con la toalla con que estaba ceñido.
Aquí vemos al Señor, quitándose el manto y ciñéndose con una toalla a su cintura, para lavar los pies de los que tanto amaba. Era necesario lavarles los pies; estaban sucios, y ceñidos a su cintura, nunca perderían el Camino. Y aquella agua, Su PALABRA. Los ataría hasta el fin, era necesario, aunque ellos no entendieron de inmediato. Después lo entenderían dijo Él: Judas el Traidor; Jesús quiso atraerlo también, más él lo rechazó tirando los pies hacía tras. Ahí pronunció las Palabras que lo sentenciaban. El que come Pan conmigo levantó contra mí el calcañar a la pregunta ¿Quién le iba a entregar?
El mismo Pedro, no quería que le lavara los pies; pero tenía otro motivo. Se veía muy pequeño para permitir, que el Señor le lavara sus pies. Era su Señor y el un siervo suyo. Se dio cuenta y el Señor le dijo: si no te lavo, no tienes parte conmigo.
Mi pregunta, ¿te dejarás lavar los pies por El Maestro?
Yo digo como, Pedro, no sólo los pies: sino también las manos, para que mis manos estén ungidas y mi cabeza para siempre, tenerlo en mi mente. Pero bueno, el Camino en que se anda es el que nos ensucia; miremos el camino en que se anda y parémoslo en él y reconozcamos la senda antigua. Preguntemos por ella y nunca nos alejaremos.
Honremos a Nuestro Señor. Él es el CAMINO, VERDAD y VIDA. Glorias a su Nombre, el Dios de Israel ??.
Cada día que estamos en este mundo pasamos por situaciones que nos ensucian espiritualmente. Hay que tener mucho cuidado especialmente en los trabajos, en el cual tenemos que lidiar con personas no creyentes y hasta agresivas en contra de Dios. También, familiares y hasta amigos que no nos dan paz espiritual, con conversaciones mundanas que en realidad no queremos ni oír. De esta es la suciedad que se refiere el Señor, la suciedad diaria por la cual le tenemos que pedir perdón al Señor si hubo alguna falta en nosotros, y siempre pedir protección para que no nos contagiemos con el mundo.
Toda Adonai Israel. Gracias Al Dios De Israel
Maranata