Carmen Valdés 08-03-2022
Zacarías 11:7,12-13
7 Apacenté, pues, las ovejas de la matanza, esto es, a los pobres del rebaño. Y tomé para mí dos cayados: al uno puse por nombre Gracia, y al otro Ataduras; y apacenté las ovejas. 12 Y les dije: Si os parece bien, dadme mi salario; y si no, dejadlo. Y pesaron por mi salario treinta piezas de plata. 13 Y me dijo Jehová: Échalo al tesoro; ¡hermoso precio con que me han apreciado! Y tomé las treinta piezas de plata, y las eché en la casa de Jehová al tesoro.
Hay dos cayados, uno gracia (Jesús) y el otro atadura (La Ley). Dos pueblos Israel y Juda. Israel rompe la hermandad con Judá separándose del Rey David. Al separarse del Rey David se separa del Mesías ya que el Mesías descendía de la tribu del Judas. El Mesías tenía que venir de la tribu de Juda. El Rey Jeroboán (Rey Malo) dijo “Israel tú no tienes que ver nada con David”, se separaron. Aquí lo vemos, Israel no quiso oír la profecía y tuvo que sacrificar al Cordero Pascual trayendo alejamiento total del Mesías.
1 Reyes 12: 15-16
15 Y no oyó el rey al pueblo; porque era designio de Jehová para confirmar la palabra que Jehová había hablado por medio de Ahías silonita a Jeroboam hijo de Nabat. 16 Cuando todo el pueblo vio que el rey no los había oído, le respondió estas palabras, diciendo: ¿Qué parte tenemos nosotros con David? No tenemos heredad en el hijo de Isaí. ¡Israel, a tus tiendas! ¡Provee ahora en tu casa, David! Entonces Israel se fue a sus tiendas.
Se cumple la profecía: Israel quebró el cayado de la Gracia, sin conocer que aquel Mesías esperado estaba allí, en aquel madero, que vino a Salvarlos y no le conocieron.
Aceptaran a uno, que no es el Mecías al cayado ataduras (El Anticristo). La Palabra se cumple punto por punto.
En el Evangelio de:
Mateo 27:6-10
6 Los principales sacerdotes, tomando las piezas de plata, dijeron: No es lícito echarlas en el tesoro de las ofrendas, porque es precio de sangre. 7 Y después de consultar, compraron con ellas el campo del alfarero, para sepultura de los extranjeros. 8 Por lo cual aquel campo se llama hasta el día de hoy: Campo de sangre. 9 Así se cumplió lo dicho por el profeta Jeremías, cuando dijo: Y tomaron las treinta piezas de plata, precio del apreciado, según precio puesto por los hijos de Israel; 10 y las dieron para el campo del alfarero, como me ordenó el Señor.
Se cumple toda la profecía en cuanto a esto.
¿Y tú que vas a hacer con tu cayado Gracia? ¿Lo quebraras en tu corazón? Recuerda las treinta piezas de Plata sirvieron para comprar el campo del alfarero. Nuestro alfarero es El Señor. (Jesús es el alfarero que dio su sangre no solo por los judíos, pero también por nosotros los gentiles, este es el significado del versículo anterior)
Allí tenemos que morir, para ganar una Vida con Cristo Jesús, morir al Mundo y vivir para Jesús él fue quebrado por ti y por mí; pero es Gracia no obra, tienes que saberlo. Él, Dios, pagó el precio treinta piezas de Plata. Por su sangre derramada. La sangre del Hijo de Dios, Sangre de Rey, Sangre del León de la tribu de Judá. Gloria, Gloria, Gloria al que Vive. El Dios de Israel ??
Esta reflexión es algo penetrante y de estudio bíblico.
Pero es bello ver cómo el Señor nos enseña que el murió para darnos la Gracia no mas sacrificios, Èl hizo el sacrificio supremo . Y la ley no nos salva .
Que bueno es el Señor al entender que somos flojos y lo necesitamos para que cada día caminemos con Èl.
Alabado sea el Dios NUESTRO.
Maranata