Maria O. Dorsey
Mateo 24-32-33-34
32De la higuera aprended la parábola: Cuando ya su rama está tierna, y brotan las hojas, sabéis que el verano está cerca. 33Así también vosotros, cuando veáis todas estas cosas, conoced que está cerca, a las puertas. 34De cierto os digo, que no pasará esta generación hasta que todo esto acontezca.
La Parábola De La Higuera Como Una Señal Para los Últimos Tiempos, es increible como los profetas Isaías y Oseas relatan estos pasajes en el Antiguo Testamento, en este pasaje el Señor estaba utilizando la higuera como un símbolo de Israel. En cuanto a la palabra “generación”, en Griego puede significar raza y referirse a la nación de Israel. O podría también hacer referencia a la generación que esté viviendo en aquel tiempo en que se cumplan las predicciones. Se calcula que una generación abarca un período de 40 años y realmente, los eventos predichos en esta sección ocurrirían en un plazo más breve. Mi impresión es que la palabra “generación” puede referirse a cualquiera de las 2 opciones, aunque yo prefiero la interpretación relacionada con la conservación de la raza judía. En el Antiguo Testamento puede verse que ni personajes como Amán (según el libro de Ester) ni el Faraón (como relata el libro del Éxodo) pudieron destruir a los judíos. Tampoco pudo Hitler en el siglo pasado. Ningún dictador de nuestro tiempo sería capaz de exterminarlos, pues Dios ya se ocuparía de evitar su eliminación.
Mateo 24-35-36
“El cielo y la tierra pasarán, más mis palabras no pasarán. Pero de aquel día y hora nadie sabe, ni siquiera los ángeles del cielo, ni el Hijo, sino sólo el Padre.“
Aunque el cielo y la tierra pasarán, según las Escrituras habrá un nuevo cielo y una nueva tierra. Pero El no cambiará Su Palabra, que permanecerá por la eternidad. Y aunque los que vivan en ese período sepan que estos tiempos se aproximan, no sabrán en qué día ni en qué hora sucederá lo que se ha predicho. Esta información solo es conocida por el Padre, y Cristo hablaba desde la condición de su conocimiento humano; no desde la posición de su divina omnisciencia. En nuestra época, muchos han tratado de averiguar con precisión el tiempo del retorno de Cristo. También en el futuro, algunos intentarán de conocer el día y la hora. Pero nadie podrá averiguar ni el día, ni la hora. Continuemos leyendo la comparación con la época de Noé.
Mateo 24-36
36Pero del día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino sólo mi Padre.
Mateo 24-37-39
“Porque como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre. Pues, así como en aquellos días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dándose en matrimonio, hasta el día en que entró Noé en el arca, y no comprendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos; así será la venida del Hijo del Hombre.”
Aquí se afirma que Cristo vendrá en una época similar a la situación existente en los tiempos de Noé. Aquellos días se caracterizaron por una gran inmoralidad. El libro del Génesis 6:5-6 describía a los seres humanos de aquel tiempo diciendo:
Genesis 6:5-6
5Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal. 6Y se arrepintió Jehová de haber hecho hombre en la tierra, y le dolió en su corazón.
Nuestro Señor solamente menciona que estaban comiendo y bebiendo. ¿Había algo malo en ello? No. En la primera carta a los Corintios nos dice:
1 Corintios 10:31
31Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios.
Aqui se nos dice que cualquier cosa que hagamos, ya sea que comamos o bebamos, que lo hagamos todo para la gloria de Dios. Sin embargo, la gente del tiempo de Noé no estaba comiendo y bebiendo precisamente para la gloria de Dios. De hecho, estaban viviendo como si Dios no existiese.
En nuestro tiempo hay muchísimas personas que reciben una comida dos o tres veces al día, provista por Dios, y nunca se les ocurrió expresarle su gratitud, mientras que hay millones que se están muriendo de hambre. En esos días futuros referidos en este pasaje, la gente estará al borde de la venida de Cristo, pero estarán viviendo como si tal acontecimiento nunca fuese a tener lugar.
De la misma manera, las personas del tiempo de Noé se casaban. Naturalmente, el Señor no estaba diciendo que estaba mal casarse. Lo que aquí se recalca es que rechazaron terminantemente la advertencia de Dios por medio de Noé que continuaron con sus planes de boda justamente hasta el mismo día en que Noé entró en el arca. Vivían como si Dios no existiera. No creyeron que Él les juzgaría y despreciaron la advertencia de que el diluvio era inminente. Y no se dieron cuenta hasta que llegó el diluvió, que les arrastró a todos. Así también sucederá en la venida del Señor.
Mateo 16-1—4
1Vinieron los fariseos y los saduceos para tentarle, y le pidieron que les mostrase señal del cielo. 2Mas él respondiendo, les dijo: Cuando anochece, decís: Buen tiempo; porque el cielo tiene arreboles. 3Y por la mañana: Hoy habrá tempestad; porque tiene arreboles el cielo nublado. Hipócritas! que sabéis distinguir el aspecto del cielo, ¡más las señales de los tiempos no podéis! 4la generación mala y adúltera demanda señal; pero señal no le será dada, sino la señal del profeta Jonás. Y dejándolos, se fue.
Isaias 49-16
16He aquí que en las palmas de las manos te tengo esculpida; delante de mí están siempre tus muros.
Israel vino a ser nación el 14 mayo 1948
Jeremías 30-3-4-5
3Porque he aquí que vienen días, dice Jehová, en que haré volver a los cautivos de mi pueblo Israel y Judá, ha dicho Jehová, y los traeré a la tierra que di a sus padres, y la disfrutarán. 4Estas, pues, son las palabras que habló Jehová acerca de Israel y de Judá. 5Porque así ha dicho Jehová: Hemos oído voz de temblor; de espanto, y no de paz.
Ezequiel 36-28
28Habitaréis en la tierra que di a vuestros padres, y vosotros me seréis por pueblo, y yo seré a vosotros por Dios.
Lucas 21-25-27
25Entonces habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, confundidas a causa del bramido del mar y de las olas; 26desfalleciendo los hombres por el temor y la expectación de las cosas que sobrevendrán en la tierra; porque las potencias de los cielos serán conmovidas. 27entonces verán al Hijo del Hombre, que vendrá en una nube con poder y gran gloria.
Mateo 24-40-41
40Entonces estarán dos en el campo; uno será llevado y el otro será dejado. 41Dos mujeres estarán moliendo en el molino; una será llevada y la otra será dejada.”
Acabamos de recordar los días de Noé. ¿Quiénes fueron llevados en aquel tiempo? Los que perecieron en el diluvio. Estas palabras ilustran la manera en que serán llevados de esta tierra, por medio de un juicio, aquellos que no van a entrar en el reino.
Mateo 24-42
42“Por tanto, velad, porque no sabéis en qué día vuestro Señor viene.”
La palabra clave aquí, es velar, vigilar, y tiene un significado bastante diferente a la actitud de velar y vigilar que experimenta el hijo de Dios, que esté esperando que el Señor le lleve de esta tierra, porque en la actualidad nosotros tenemos una esperanza consoladora. Pero en ese día futuro, los seres humanos velarán y vigilarán con temor y ansiedad. Hoy, esperamos y deseamos con ansia que Él venga. En el futuro, velarán con inquietud y preocupación ante Su retorno. Hay muchas formas de esperar, en esta vida. Una cosa es esperar el momento de crisis y el desenlace de una grave enfermedad de un ser querido. Y otra muy diferente, esperar con impaciencia e ilusión la llegada del ser querido a quien tanto hemos echado de menos.
Lo que hizo el Señor en este momento del discurso de los Olivos fue presentar parábolas o alegorías para explicar e ilustrar las actitudes de las personas ante Su venida, y lo que sucederá cuando El venga.
Mateo 24-43—51
“Pero comprended esto: si el dueño de la casa hubiera sabido a qué hora de la noche iba a venir el ladrón, hubiera estado alerta y no hubiera permitido que entrara en su casa. Por eso, también vosotros estad preparados, porque a la hora que no pensáis vendrá el Hijo del Hombre. ¿Quién es, pues, el siervo fiel y prudente a quien su señor puso sobre los de su casa para que les diera la comida a su tiempo? Dichoso aquel siervo a quien, cuando su señor venga, lo encuentre haciendo así. De cierto os digo que lo pondrá sobre todos sus bienes. Pero si aquel siervo es malo, y dice en su corazón: Mi señor tardará; y empieza a golpear a sus consiervos, y come y bebe con los que se emborrachan, vendrá el señor de aquel siervo el día que no lo espera, y a una hora que no sabe y lo azotará severamente y le asignará un lugar con los hipócritas; allí será el llanto y el crujir de dientes.”
Aquí encontramos un principio aplicable a todas las épocas. Tu y yo deberíamos vivir a la luz de la realidad de que algún día nos encontraremos ante la presencia de Cristo. Observa que no he dicho “ante la venida” de Cristo sino, “ante la presencia” de Cristo. Sea que Cristo venga dentro de 100 años, o de 1000, tu y yo nos hallaremos algún día ante Su presencia. Tanto si eres salvo o perdido, te encontrarás frente Él. Si eres salvo, tendrás que presentarle un informe de tu vida para ver si recibes una recompensa. Si estás perdido, estarás ante Él para ser juzgado. Por lo tanto, cada persona debería vivir su vida a la luz de esta realidad; que algún día deberá estar ante la misma presencia del Señor. Esta verdad constituye el gran énfasis del Discurso del Monte de los Olivos. En consecuencia, este discurso tiene importantes aplicaciones para nosotros en la hora actual, aunque haya también una interpretación específica para la gente que viva en el tiempo de la venida del Señor a la tierra como Rey.
Apocalipsis 21-1
1Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existia mas.